Publicado el: 2025-11-28
Actualizado el: 2025-12-01

Datos recientes subrayan una creciente divergencia entre las principales economías europeas. Mientras la inflación se modera en España y Francia, impulsando el gasto de los hogares, Alemania y Suiza se enfrentan a una desaceleración del PIB y a una debilidad industrial.
Mientras tanto, los indicadores más amplios de la eurozona sugieren un crecimiento modesto pero estable, un contexto mixto que deja a los inversores y al BCE caminando por la cuerda floja.
El IPC mensual de España subió un 0,2%, muy por debajo del 0,7% anterior; el IPC mensual armonizado se mantiene en el 0,0%, mientras que el IPCA anual armonizado se redujo al 3,1% (desde el 3,2%).
Esta moderación sugiere que las presiones sobre los precios se están aliviando, lo que puede ayudar a preservar el poder adquisitivo de los hogares y apoyar el consumo.
Dada la trayectoria de inflación menos agresiva, la presión sobre las autoridades responsables del modelo del BCE para que aumenten aún más las tasas puede disminuir, incluso cuando la inflación se mantiene por encima de los márgenes de confort en términos absolutos.
Implicación: Los consumidores podrían sentirse un poco menos presionados por los precios, lo que podría estabilizar la demanda interna, un amortiguador clave para la resiliencia económica de España.
El PIB del tercer trimestre de Suiza, considerado a menudo como un indicador de la estabilidad del norte de Europa, se contrajo un -0,5% intertrimestral, y el crecimiento se desaceleró al +0,5% interanual.
Al mismo tiempo, el principal indicador económico del país, como el índice "estilo KOF", subió, lo que sugiere una posible estabilización en el futuro.
La caída de la producción indica una debilidad real, posiblemente causada por una menor demanda de exportaciones industriales o una debilidad interna. Sin embargo, el aumento de la confianza en el futuro indica que las empresas podrían estar preparándose para la estabilización, aunque el camino sigue siendo incierto. Para las empresas que dependen de la exportación, la demanda global y la fortaleza de las divisas serán factores clave.

Francia registra un IPC anual del 0,9%, un IPC anual armonizado del 0,8% y un IPC mensual armonizado del –0,2%, datos todos ellos que apuntan a un entorno de baja inflación.
Su PIB del tercer trimestre creció un +0,5% intertrimestral y un +0,9% interanual, mientras que el consumo de los hogares aumentó un +0,4% tanto mensual como anual.
La combinación de precios estables y un gasto familiar resiliente proporciona una base sólida para un crecimiento sostenido, aunque moderado. Esto indica que el consumo interno sigue siendo un pilar clave, que podría compensar la debilidad de la demanda externa.
Los índices de precios de exportación e importación alemanes aumentaron modestamente; los precios de exportación aumentaron +0,2% intermensual / +0,5% interanual, mientras que los precios de importación registraron +0,2% intermensual / –1,4% interanual.
Mientras tanto, las ventas minoristas reales cayeron un -0,3 % intermensual, lo que indica un enfriamiento de la demanda de consumo. En términos interanuales, el crecimiento de las ventas minoristas sigue siendo positivo, pero la caída intermensual es reveladora.
A nivel macroeconómico, la confianza empresarial en Alemania parece frágil. Datos de encuestas recientes muestran una caída de la confianza (por ejemplo, los índices de clima empresarial), lo que subraya la creciente incertidumbre entre las empresas.
La débil demanda de los consumidores, las moderadas presiones sobre los precios y la caída de la confianza empresarial pintan un panorama sombrío a corto plazo. Para una economía con un fuerte componente exportador y manufacturero como la alemana, la débil demanda externa y el bajo consumo interno podrían seguir siendo un lastre.

La última lectura del PMI compuesto de la eurozona flash HCOB para noviembre de 2025 fue de 52,4, ligeramente por debajo del 52,5 de octubre, pero todavía por encima del umbral de 50 para la expansión.
El PMI de servicios alcanzó 53,1, su nivel más alto en 18 meses, lo que sugiere que el sector de servicios sigue siendo el principal motor de crecimiento del bloque.
En contraste, el sector manufacturero volvió a caer en territorio de contracción con un PMI de 49,7, lo que refleja una demanda débil y renovadas presiones de costos.
En el frente monetario y bancario: el crecimiento del crédito a las empresas se mantuvo estable en el 2,9%, el crecimiento del crédito a los hogares se aceleró al 2,8% y la medida de la oferta monetaria amplia (M3) se situó en el 2,8%, todo ello en consonancia con un impulso económico moderado pero estable.
La economía de la eurozona se mantiene a flote, impulsada principalmente por los servicios y el consumo. Sin embargo, la debilidad de la demanda manufacturera y exportadora, agravada por las dificultades del comercio mundial, sigue lastrando el crecimiento general.
Para el BCE, el panorama desorganizado complica las decisiones políticas. Si bien la moderación de la inflación (en algunas partes del bloque) podría impulsar a los responsables políticos a recortar o suspender los tipos de interés, la persistente debilidad del PIB y la manufactura aboga por la cautela. De hecho, algunos funcionarios del BCE ya han advertido que "aún no es el momento" de nuevos recortes de tipos.
Los inversores y los mercados pueden interpretar esto como un momento de "observar y esperar": los sólidos datos del sector de servicios y de consumo ofrecen cierta tranquilidad, pero las débiles señales industriales y minoristas dejan abiertos los riesgos, especialmente para los sectores vinculados a las exportaciones o a las materias primas.
Prestatarios corporativos y bancos: el crecimiento estable del crédito y la oferta monetaria respaldan la disponibilidad de financiamiento, pero las condiciones crediticias más restrictivas para los sectores más débiles siguen siendo un riesgo, especialmente en medio de la incertidumbre comercial mundial y las disrupciones en la cadena de suministro.
| País / Indicador | Datos (28 de noviembre) / Periodo | Anterior / Esperado |
|---|---|---|
| España — IPC armonizado (mensual) | 0.0% | Anterior: 0,50%, Exp: –0,2% |
| España — IPC armonizado (anual) | 3,1% | Anterior: 3,2%, Exp: 2,9% |
| España — IPC (mensual) | 0,2% | Anterior: 0,70%, Caducidad: 0,1% |
| Suiza — PIB (T3) intertrimestral | –0,5% | Anterior (rev.): +0,2%, Exp.: –0,4% |
| Suiza — PIB (T3) interanual | +0,5% | Ant. (rev.): +1,3%, Exp.: +0,6% |
| Suiza — Indicador adelantado KOF de 11 meses | 101.7 | Anterior: 101.3 (rev. 101.5), Caducidad: 101.5 |
| Francia — IPC (anual) | +0,9% | Anterior: 0,90%, Caducidad: 1,0% |
| Francia — IPC armonizado (anual) | +0,8% | Anterior: 0,80%, Caducidad: 1,0% |
| Francia — IPC armonizado (mensual) | –0,2% | Anterior: 0,10%, Caducidad: 0,0% |
| Francia — IPC (mensual) | –0,1% | Anterior: 0,10%, Caducidad: 0,0% |
| Francia — IPP (octubre, anual) | –0,8% | Anterior: 0,10% |
| Francia — IPP (octubre, mensual) | 0.0% | Anterior: –0,20% |
| Francia — Consumo de los hogares (octubre, anual) | +0,4% | Anterior: –0,30% |
| Francia — Consumo de los hogares (octubre, mensual) | +0,4% | Anterior: 0,30% |
| Francia — PIB (T3) intertrimestral (final) | +0,5% | Anterior: 0,50%, Caducidad: 0,5% |
| Francia — PIB (T3) interanual (final) | +0,9% | Anterior: 0,90%, Caducidad: 0,9% |
| Alemania — Índice de precios de exportación (octubre, anual) | +0,5% | Anterior: 0,6% |
| Alemania — Índice de precios de exportación (octubre, mensual) | +0,2% | Anterior: 0.0% |
| Alemania — Índice de precios de importación (octubre, anual) | –1,4% | Anterior: –1,0% |
| Alemania — Índice de precios de importación (octubre, mensual) | +0,2% | Anterior: 0,2% |
| Alemania — Ventas minoristas reales (octubre, mensual) | –0,3% | Caducidad: 0,2%, Ant.: 0,2% |
| Alemania — Ventas minoristas reales (octubre, anual) | +1,3% | Exp: 0,1%, Ant: 2,8% |
España y Francia se benefician de un consumo estable y una inflación baja, lo que impulsa la demanda interna. Alemania y Suiza dependen más de las exportaciones y la manufactura, lo que los hace vulnerables a la desaceleración del comercio mundial y al debilitamiento de la actividad industrial.
Las tendencias divergentes complican la política del BCE. La moderación de la inflación en algunos países podría reducir la presión para subir los tipos de interés, pero la debilidad del PIB y la producción manufacturera en otros justifica la cautela, lo que hace crucial un enfoque monetario equilibrado.
El fuerte consumo en España y Francia compensa la debilidad de la producción industrial en el resto del mundo. El gasto de los hogares impulsa el crecimiento del sector servicios, lo que contribuye a mantener un modesto crecimiento del PIB general y proporciona un colchón estabilizador frente a las perturbaciones de la demanda externa.
Ambas economías son vulnerables debido a su dependencia de la manufactura y las exportaciones. La débil producción minorista e industrial, sumada a la incertidumbre del comercio mundial, podría ralentizar el crecimiento del PIB y afectar negativamente la confianza empresarial a corto plazo.
La inflación se está moderando en España y Francia, con menores incrementos mensuales del IPC. Sin embargo, se mantiene elevada en términos absolutos, y las presiones inflacionarias en Alemania y Suiza muestran tendencias dispares, lo que mantiene a las autoridades y a los mercados cautelosos.
Los inversores deberían estar atentos a la producción industrial, las tendencias del comercio minorista y los indicadores adelantados como el PMI, el ESI y el KOF. Estas métricas revelan cambios tempranos en el dinamismo económico, orientando las expectativas de crecimiento, políticas y movimientos del mercado en la eurozona.
Europa se mueve hoy en día sobre una doble vía. Por un lado, países como España y Francia disfrutan de una inflación estable, un consumo saludable y un crecimiento moderado. Por otro lado, Alemania, Suiza y otras regiones con un fuerte componente industrial se enfrentan a una desaceleración de las exportaciones, una producción industrial débil y una disminución de la demanda de los consumidores, con un debilitamiento del impulso económico general.
Si bien los servicios y los hogares brindan cierto apoyo, los desafíos estructurales en el sector manufacturero, la competitividad de las exportaciones y los obstáculos al comercio mundial hacen que el camino a seguir sea incierto.
Para los lectores, los inversores y los responsables de las políticas, la narrativa de la "divergencia" es cada vez más importante: Europa ya no es una economía única, sino un mosaico de diferentes motores de crecimiento, cada uno de los cuales conlleva sus propios riesgos y resiliencia.
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