¿Por qué la libra se valora más que el dólar? Conozca los 6 factores principales que influyen en esta diferencia monetaria histórica y las previsiones para después de 2025.
A partir de abril de 2025, la libra esterlina (GBP) continúa cotizando a un valor nominal más alto que el dólar estadounidense (USD), y el tipo de cambio GBP/USD alcanzó un máximo de siete meses de $1,3382 el 21 de abril.
Sin embargo, este tipo de cambio no implica necesariamente que la economía del Reino Unido sea más fuerte que la estadounidense. La fortaleza de una moneda incluye la política económica, las tasas de inflación, los diferenciales de tipos de interés, las balanzas comerciales y la confianza de los inversores.
Entonces, ¿por qué se sigue considerando que la libra es más fuerte que el dólar? Continúe leyendo para profundizar en el contexto histórico y los factores que respaldan esta afirmación.
La libra esterlina, introducida en el siglo VIII, es una de las monedas más antiguas del mundo y durante mucho tiempo ha tenido un valor nominal superior al del dólar estadounidense.
Si bien el valor nominal de la libra ha sido durante mucho tiempo superior al del dólar (por ejemplo, £1 = $1,30 o más), esto no significa que la economía del Reino Unido sea más sólida. Se basa en la valoración histórica de ambas monedas y en su gestión de la inflación a lo largo del tiempo.
Para ponerlo en contexto, el dólar estadounidense atravesó períodos inflacionarios masivos, especialmente durante la década de 1970 y la crisis financiera de 2008, mientras que el Reino Unido mantuvo una política monetaria más estricta en esas épocas.
Además, las características estructurales de la libra, como una menor circulación de efectivo, un crecimiento más restringido de la oferta monetaria y una base bancaria más tradicional, han contribuido a su preservación del valor. Estas características siguen sustentando la relativa fortaleza de la libra, incluso cuando la política monetaria moderna se ha vuelto más expansiva a nivel mundial.
1) Incertidumbre política e inestabilidad institucional en Estados Unidos
Uno de los factores más importantes que afectarán al dólar en 2025 es la creciente interferencia política en las instituciones económicas. Las críticas públicas del presidente Donald Trump al presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, y los informes sobre posibles intentos de destituirlo, han generado gran preocupación sobre la independencia del banco central estadounidense.
Los inversores observan de cerca la autonomía de los bancos centrales como medida de estabilidad y credibilidad de la política monetaria a largo plazo. Un banco central percibido como políticamente comprometido es más propenso a tomar decisiones sobre tasas de interés que respondan a objetivos políticos en lugar de a los fundamentos económicos, lo que puede generar riesgos de inflación o una mala gestión de los ciclos económicos.
En cuanto a la Reserva Federal, estas preocupaciones han contribuido a una mayor volatilidad del dólar y a una fuga de capitales hacia activos alternativos. La libra, en cambio, se ha beneficiado de una estrategia más moderada y transparente por parte del Banco de Inglaterra, que ha mantenido una trayectoria equilibrada y mesurada para los tipos de interés a pesar de las presiones globales. Los inversores valoran la disciplina percibida en la gobernanza monetaria, lo que fortalece la libra frente al dólar.
2) Menor crecimiento económico de EE. UU. y riesgos para la política comercial
Las perspectivas globales del Fondo Monetario Internacional para 2025 pronostican una desaceleración del crecimiento del PIB estadounidense a tan solo el 1,8 %, inferior a las proyecciones anteriores. Esta rebaja se atribuye en gran medida a las agresivas políticas comerciales de la administración Trump.
La reintroducción de aranceles a socios comerciales clave, como China, México y la Unión Europea, ha reavivado el temor a guerras comerciales, interrumpiendo las cadenas de suministro y aumentando los costos de los insumos para fabricantes y consumidores estadounidenses. Estas políticas proteccionistas han impactado las exportaciones estadounidenses, perjudicando la competitividad estadounidense y reduciendo la demanda global de dólares.
Cuando los inversores internacionales anticipan un desempeño económico más débil en EE. UU., tienden a reasignar capital a otras divisas y mercados con fundamentos más sólidos o entornos comerciales más favorables. La libra ha ganado terreno en este contexto, ya que la estrategia comercial del Reino Unido tras el Brexit se ha centrado más en la apertura comercial bilateral y multilateral.
3) Tasas de interés relativas y divergencia de políticas de los bancos centrales
Otro factor crucial que influye en la fortaleza de la moneda es la diferencia en las expectativas sobre las tasas de interés entre EE. UU. y el Reino Unido. Si bien ambas economías enfrentan una desaceleración de la inflación, las respuestas políticas de la Reserva Federal y el Banco de Inglaterra han divergido.
El Banco de Inglaterra ha adoptado un enfoque más gradual en los recortes de tipos y ha sido cauteloso para no estimular la demanda en una economía aún frágil. Por el contrario, la presión política sobre la Fed ha incrementado los llamados a recortes de tipos más agresivos, a pesar de que la inflación no justifica tales medidas.
Las tasas de interés más bajas en EE. UU. reducen la rentabilidad que los inversores obtienen de los activos denominados en dólares, lo que hace que la moneda sea menos atractiva. Al mismo tiempo, si el Reino Unido mantiene tasas relativamente más altas —o muestra una política monetaria más consistente—, este diferencial de tasas de interés favorece a la libra, que se fortalece a medida que los flujos de capital se desplazan hacia mejores rendimientos y entornos políticos más seguros.
4) La reputación del dólar como refugio seguro está fracturada
Tradicionalmente, el dólar estadounidense ha sido la principal moneda de refugio a nivel mundial. En tiempos de incertidumbre global, el capital fluye hacia los bonos del Tesoro estadounidense y los activos denominados en dólares. Sin embargo, en 2025, esta posición enfrenta desafíos debido a la inestabilidad política interna y las crecientes preocupaciones fiscales.
El déficit federal estadounidense se ha expandido significativamente debido al aumento del gasto público y la disminución de la recaudación fiscal asociada a la desaceleración económica. La Oficina de Presupuesto del Congreso ha pronosticado que el déficit superará los 2 billones de dólares este año, lo que plantea dudas sobre la sostenibilidad a largo plazo de las finanzas públicas estadounidenses.
A medida que estas preocupaciones se intensifican, algunos inversores han comenzado a diversificar sus inversiones, dejando de lado el dólar, en busca de divisas respaldadas por políticas fiscales más conservadoras. El Reino Unido, si bien no está exento de deuda, ha mostrado indicios de una gestión presupuestaria más estable y una postura pragmática respecto al gasto público. Esta disciplina fiscal comparativa ayuda a la libra a atraer capital global y a mantener su fortaleza.
5) La estabilidad política del Reino Unido tras el Brexit y el enfoque económico del Partido Laborista
En contraste con la inestabilidad política e institucional estadounidense, el panorama político del Reino Unido se ha estabilizado tras años de incertidumbre relacionada con el Brexit. En 2024, el Partido Laborista logró una mayoría estable y su gobierno implementó medidas económicas centradas en la inversión pública, la creación de empleo y reformas fiscales moderadas sin desestabilizar los mercados. La reciente apreciación de la libra esterlina es un voto de confianza en la actual gobernanza del Reino Unido.
Si bien la economía del Reino Unido no ha estado exenta de desafíos —el crecimiento sigue siendo moderado—, la claridad de la orientación política y la ausencia de grandes sobresaltos políticos han impulsado la confianza del mercado. Los esfuerzos del gobierno laborista por colaborar de forma constructiva con socios internacionales, incluyendo políticas comerciales y climáticas, han contribuido aún más a que la libra gane terreno cuando los inversores globales buscan estabilidad.
6) Cambio en las reservas globales y la confianza internacional
Los bancos centrales y los grandes fondos soberanos suelen gestionar sus carteras basándose en la rentabilidad ajustada al riesgo y las tendencias macroeconómicas. En los últimos trimestres, varios bancos centrales han reequilibrado sutilmente sus reservas, reduciendo la exposición al dólar y aumentando las asignaciones a otras divisas, incluida la libra esterlina. Si bien este cambio ha sido lento y cauteloso, el efecto acumulativo ha generado una presión alcista constante sobre la libra.
Al mismo tiempo, los bancos centrales han estado aumentando sus reservas de oro, una señal indirecta de que el atractivo del dólar como reserva de valor fiable podría estar disminuyendo. La libra, respaldada por la sexta economía más grande del mundo y un sector de servicios financieros históricamente sólido con sede en Londres, se beneficia de estas tendencias de diversificación.
En 2025, Londres seguirá siendo un polo de atracción de capital global, especialmente en los sectores inmobiliario, fintech y energías renovables. A pesar de la incertidumbre económica mundial, el Reino Unido ha experimentado un aumento de la inversión extranjera directa (IED), impulsado por la claridad regulatoria y un entorno empresarial favorable. Esta afluencia de capital contribuye a aumentar la demanda de la libra, lo que impulsa su valor en los mercados de divisas.
Además, los mercados de capitales bien desarrollados del Reino Unido atraen a inversores institucionales, especialmente en bonos e índices bursátiles. A medida que más fondos internacionales asignan capital a activos del Reino Unido, estos deben cambiar sus monedas locales por libras esterlinas, lo que aumenta la demanda y contribuye a un tipo de cambio más fuerte.
Las previsiones de las principales instituciones financieras varían. Por ejemplo:
HSBC predice que el GBP/USD rondará 1,32-1,34 hasta fines de 2025, citando las alzas de tasas en el Reino Unido y la debilidad del dólar como los principales impulsores.
Goldman Sachs es más optimista respecto del dólar y proyecta una posible recuperación a 1,28 a fines de 2025 si la inflación estadounidense se modera y los riesgos políticos disminuyen.
ING Bank espera que el GBP/USD alcance 1,36 a principios de 2026, basándose en mejoras estructurales a largo plazo en la economía del Reino Unido y una demanda constante de activos británicos.
En conclusión, la fortaleza relativa de la libra frente al dólar estadounidense en 2025 refleja más que una fluctuación temporal del tipo de cambio: es el producto de una dinámica política, económica y de confianza de los inversores más profunda.
Si bien el dólar sigue siendo la principal moneda de reserva del mundo, enfrenta vientos contrarios relacionados con preocupaciones de gobernanza, imprevisibilidad de la política económica y creciente presión fiscal.
De este modo, los inversores ven la libra como una moneda relativamente más estable y atractiva, mientras el dólar lidia con las consecuencias de la turbulencia política interna y los cambios en los roles globales.
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