Publicado el: 2025-12-24
Actualizado el: 2025-12-25
Un mercado alcista no es “precios que suben”, y un mercado bajista no es “precios que bajan”, porque esas etiquetas ocultan distinciones importantes: magnitud (cuánto caen los precios), duración (cuánto dura), causa raíz (crisis crediticia, shock de políticas, pandemia, colapso de las valoraciones) y efectos posteriores (cambios de políticas, realineamiento estructural).
Aprenda cómo se construyen los mercados alcistas y se desarrollan los mercados bajistas, no como etiquetas abstractas sino como patrones reproducibles, mediante el estudio de ejemplos de mercado reales.
Después de leer este artículo, usted podrá (1) nombrar los impulsores dominantes de cada ciclo, (2) reconocer señales de alerta temprana y (3) elegir una estrategia defendible para cada régimen de mercado.
Mercado alcista : un aumento sostenido de los precios del mercado en general, normalmente medido como una ganancia de más del 20 % con respecto a un mínimo anterior (la definición práctica varía según el contexto).
Corrección : una caída del 10-20% desde un máximo reciente.
Mercado bajista : una caída del 20 % o más desde un pico reciente; su gravedad y duración varían considerablemente. Estas son las definiciones operativas y estándar del mercado que utilizan los analistas y los principales proveedores de datos.
El umbral del 20% es útil para los titulares, no para la estrategia. Una caída puede ser rápida e impulsada por eventos, o lenta e impulsada por la valoración.
La diferencia importa porque las recuperaciones, el liderazgo y la volatilidad se comportan de forma distinta según la causa. Un operador o inversor que solo utiliza la frase "baja del 20%" pasa por alto la verdadera pregunta: ¿Qué se está revalorizando?
Los precios de las acciones se pueden simplificar así:
Precio = Ganancias × Múltiplo de valoración
Los mercados alcistas suelen ser una combinación de (1) crecimiento de las ganancias y (2) expansión múltiple (los inversores pagan más por cada dólar de beneficio). Los mercados bajistas suelen implicar (1) compresión múltiple, (2) caída de las ganancias o (3) ambas a la vez.
La “tasa de descuento” es la gravedad financiera que hace bajar las valoraciones cuando suben las tasas de interés o cuando se amplían las primas de riesgo.
Una de las formas más claras de detectar un mercado bajista serio es ver si la debilidad se mantiene contenida o se extiende a otros sectores.
Una investigación del Banco de la Reserva Federal de St. Louis destaca que algunas burbujas estallan con consecuencias limitadas, mientras que otras generan un movimiento amplio, como el de los mercados que “se mueven juntos” a medida que el estrés salta de un área a todo el sistema.
Cuando las correlaciones aumentan y todo se vende al mismo tiempo, a menudo esto indica estrés financiero, venta forzada o un golpe a las tuberías del sistema financiero, no solo un restablecimiento de la valoración en un rincón del mercado.

El 19 de octubre de 1987, el Promedio Industrial Dow Jones cayó un 22,6% en una sola sesión, cifra que aún se considera la mayor caída porcentual diaria de su historia. El episodio se vio agravado por problemas en la estructura del mercado y ciclos de retroalimentación en las operaciones, no por un colapso económico.
−22,6% en un día (Dow)
Recuperación completa en ~2 años
La lección clave es la velocidad de la recuperación: el resumen histórico de la Reserva Federal señala que los mercados recuperaron gran parte de las pérdidas rápidamente, y las bolsas estadounidenses superaron sus máximos previos al colapso en menos de dos años. Ese es el indicio de un shock de liquidez/estructura, violento, que luego se puede reparar cuando el sistema sigue funcionando.
La recesión de principios de la década de 2000 es la clásica "compresión múltiple": los precios cayeron porque las expectativas eran demasiado altas en relación con los flujos de caja y el crecimiento realista. En pocas palabras, los inversores habían pagado demasiado por beneficios futuros que no se produjeron a tiempo.
El Nasdaq Composite cayó un 78% aproximadamente
El S&P 500 cayó un 49% aproximadamente
La recuperación a los máximos anteriores del Nasdaq tardó 15 años (no hasta 2015)
El Nasdaq Composite cayó aproximadamente un 78% desde su pico hasta su mínimo durante el desmantelamiento, lo que lo convierte en un claro caso de estudio de cómo el liderazgo concentrado puede ser un arma de doble filo: cuando el mismo sector domina un índice en su ascenso, puede dominar el daño en su descenso.

La crisis financiera mundial no tuvo que ver principalmente con pagar de más por las ganancias, sino con el apalancamiento, la calidad del crédito y los balances interconectados.
El historial de la Reserva Federal señala que los precios de las viviendas cayeron alrededor de un 30% en promedio desde su pico de mediados de 2006 hasta mediados de 2009, mientras que el S&P 500 cayó un 57% desde su pico de octubre de 2007 hasta su mínimo en marzo de 2009.
El S&P 500 cayó un 57% aproximadamente
Recuperación a máximos anteriores en 2013
Así es como se ve el "contagio": la tensión inmobiliaria afectó a los prestamistas, estos a los mercados de financiación, y todo el sistema revalorizó el riesgo. La respuesta política también ilustra la estrategia para el estrés sistémico: la tasa de los fondos federales se redujo drásticamente y se introdujeron herramientas no convencionales a medida que se acercaba el límite inferior.
La ola de liquidación de 2020 muestra cuán rápido pueden caer los mercados cuando la incertidumbre es extrema, y cuán rápido pueden recuperarse cuando los respaldos de liquidez son creíbles.
Un análisis del Banco de la Reserva Federal de St. Louis señala que, después de alcanzar su pico el 19 de febrero de 2020, el S&P 500 cayó a aproximadamente el 66% de su pico el 23 de marzo, una caída de aproximadamente el 34%.
El S&P 500 cayó un 34% en poco más de un mes
Recuperación a nuevos máximos en 6 meses
Lo que distingue a 2020 es su ritmo de recuperación. Un informe de S&P Dow Jones Indices sobre 2020 señala que el S&P 500 recuperó su máximo histórico en agosto.
Para los traders, también es un recordatorio de que la volatilidad puede alcanzar niveles históricos durante eventos impactantes, como el VIX, que alcanzó un máximo histórico de cierre de 82,69 en marzo de 2020.

La caída de 2022 es el ejemplo más claro y reciente de un mercado bajista impulsado principalmente por la inflación y las tasas de interés. La inflación estadounidense alcanzó el 9,1 % interanual en junio de 2022 (IPC-U), el mayor aumento en 12 meses desde el período que finalizó en noviembre de 1981.
El S&P 500 cayó aproximadamente un 25% desde su máximo hasta su mínimo
El NASDAQ cayó un 35% aproximadamente
El mercado tocó fondo en octubre de 2022
Dado que la inflación se mantuvo elevada, la Reserva Federal elevó rápidamente el rango objetivo de la tasa de fondos federales, pasando de condiciones cercanas a cero a territorio restrictivo. El registro oficial de la Reserva Federal sobre los cambios en el rango objetivo muestra el aumento gradual en 2022 y años posteriores.
2023-2024: Fuerte mercado alcista impulsado por la IA, concentrado en tecnología de gran capitalización
2025: Mercados caracterizados por un comportamiento alcista selectivo, mayor dispersión y sensibilidad a las tasas y la calidad de las ganancias.
Un análisis de la Reserva Federal de St. Louis señaló que el rendimiento real de las acciones, medido por el índice S&P 500, fue de alrededor del -25% para el año hasta octubre de 2022, en consonancia con una gran revalorización de los flujos de efectivo de crecimiento de larga duración cuando aumentan las tasas de descuento.
Los mercados alcistas y bajistas no son simplemente fases alcistas o bajistas. Son regímenes de mercado distintos, cada uno regido por diferentes mecánicas, comportamientos y dinámicas políticas. Comprender estas diferencias es esencial para inversores, operadores y gestores de riesgos.
| Tipo de régimen de mercado | Desencadenante habitual | Pistas tempranas | Qué es lo que normalmente lo estabiliza | Ejemplo histórico |
|---|---|---|---|---|
| Choque de liquidez/estructura | Problemas de plomería del mercado, estrés de posicionamiento, escasa liquidez | Movimientos repentinos de la brecha, falta de liquidez, rápidas medidas de contención de las políticas | Apoyo a la liquidez, reformas de la estructura del mercado | 1987 |
| Reinicio de valoración | Múltiplos sobreextendidos, precios basados en la narrativa | Liderazgo estrecho, emisión especulativa, crecimiento sin beneficios | La realidad de las ganancias combinada con el tiempo | 2000–2002 |
| Estrés crediticio/balance general | El exceso de apalancamiento se combina con la caída de los precios de los activos | Ampliación de los diferenciales de crédito, estrés de financiación, correlaciones crecientes | Respaldos, recapitalización y saneamiento del balance | 2007–2009 |
| Choque exógeno | Evento externo o no financiero repentino | Aumento de la volatilidad y ventas indiscriminadas | Respuesta política coordinada y perspectivas más claras | 2020 |
| Endurecimiento de la política | La inflación obliga a tasas de interés más altas | Compresión múltiple, bajo rendimiento de larga duración | Desinflación y expectativas de tasas de estabilización | 2022 |
Los mercados alcistas son expansiones impulsadas por la confianza.
Los mercados bajistas son eventos de revalorización del riesgo.
Comprender en qué tipo de mercado bajista se encuentra, en lugar de reaccionar a los titulares, es la base de una estrategia de mercado disciplinada y profesional.
Si cree que el mercado alcista continuará: favorezca los valores cíclicos, el crecimiento y una beta más alta con un tamaño de posición disciplinado.
Si sospecha que se avecina un mercado bajista: consiga efectivo, reduzca el apalancamiento, agregue bonos de alta calidad y equivalentes de efectivo, considere coberturas (opciones de venta, ETF inversos) o collares de opciones.
Para los inversores jubilados y a largo plazo: el promedio del costo en dólares y el reequilibrio a lo largo de los ciclos del mercado siguen siendo estadísticamente sólidos.
Para traders activos: utilice la volatilidad, la amplitud y los indicadores internos del mercado (por ejemplo, valores en avance o en descenso) para confirmar los cambios de régimen.
Para las instituciones: someter a pruebas de estrés los balances en situaciones de fuertes caídas de liquidez y garantizar colchones de liquidez.
Ningún indicador por sí solo “predice” de manera confiable un mercado bajista, pero los cambios de régimen a menudo dejan huellas.
Amplitud y liderazgo del mercado: los repuntes estrechos pueden ser frágiles; la participación amplia es más difícil de romper.
Estrés entre activos: si las acciones caen mientras los diferenciales de crédito se amplían y la liquidez disminuye, aumentan las probabilidades de que el problema sea sistémico y no cosmético.
Expectativas de política: Cuando la inflación sorprende al alza, los cálculos de valoración cambian rápidamente porque las tasas de descuento suben. El aumento del IPC de 2022 y la trayectoria de las tasas son un ejemplo real de dicha transmisión.
Suponer que una corrección ha “terminado” porque es de corta duración (las recuperaciones rápidas a veces ocultan daños estructurales subyacentes).
Persiguiendo el máximo impulso (comprando al final de las burbujas).
Dependencia excesiva de un único indicador, que combina señales macroeconómicas, crediticias, de valoración y técnicas.
Un mercado alcista es un aumento sostenido de los precios en general, generalmente respaldado por la mejora de las ganancias, condiciones financieras más favorables o valoraciones más altas. Un mercado bajista es un declive sostenido en el que se reajusta el precio del riesgo, ya sea por la caída de las ganancias, la bajada de las valoraciones o por tensiones crediticias y de liquidez.
No, no todos los mercados bajistas coinciden con una recesión, ya que algunos son impulsados por shocks de liquidez o ajustes de valoración sin una contracción económica inmediata, mientras que otros, en particular los bajistas impulsados por el crédito, se alinean estrechamente con las recesiones.
Los mercados bajistas varían significativamente en duración, desde semanas o meses en caídas rápidas impulsadas por eventos hasta múltiples años en crisis estructurales o relacionadas con el crédito, como lo documentan los resúmenes históricos de Investopedia.
Sí. El desplome de 1987 fue extremo en un solo día, pero los mercados recuperaron gran parte de las pérdidas rápidamente y superaron sus máximos anteriores en menos de dos años. Este patrón se ajusta más a un shock de liquidez/estructura que a una recesión económica prolongada.
Vender todo después de una caída del 20% no es automáticamente la decisión correcta, ya que la respuesta apropiada depende del horizonte temporal del inversor, su tolerancia al riesgo, su diversificación y la causa subyacente de la caída del mercado.
Los mercados bajistas se sienten más severos porque las pérdidas desencadenan reacciones emocionales más fuertes que las ganancias equivalentes, mientras que la creciente volatilidad, las correlaciones más altas y las narrativas negativas amplifican el impacto psicológico de las caídas.
La lección más importante es que los mercados bajistas funcionan como mecanismos de reinicio que revalorizan el riesgo, reducen el exceso de apalancamiento y crean las condiciones necesarias para futuros mercados alcistas.
Los mercados alcistas y mercados bajistas representan diferentes regímenes de mercado, no solo alzas o bajadas de precios. Los mercados alcistas suelen desarrollarse gradualmente gracias al crecimiento de las ganancias, una liquidez favorable y la mejora de la confianza, mientras que los mercados bajistas implican una rápida revalorización del riesgo impulsada por excesos de valoración, estrés crediticio, endurecimiento de las políticas o shocks externos.
Los mercados bajistas difieren ampliamente en velocidad y duración, y su gravedad suele estar determinada por la respuesta política. El comportamiento de los inversores amplifica ambas fases: el optimismo y el apalancamiento prolongan los mercados alcistas, mientras que el miedo y las ventas forzadas los intensifican.
La conclusión clave es que el éxito en la inversión depende menos de reaccionar a las fluctuaciones del mercado y más de comprender el régimen vigente. Reconocer los factores subyacentes de un ciclo de mercado permite a los inversores gestionar el riesgo con mayor eficacia y tomar decisiones más disciplinadas a largo plazo.
Aviso legal: Este material es solo para fines informativos generales y no pretende ser (ni debe considerarse) asesoramiento financiero, de inversión ni de ningún otro tipo en el que se deba confiar. Ninguna opinión expresada en este material constituye una recomendación por parte de EBC o del autor sobre la idoneidad de una inversión, valor, transacción o estrategia de inversión en particular para una persona específica.