Publicado el: 2025-11-13 Actualizado el: 2025-11-14
La bolsa de Londres abrió a la baja esta mañana tras los últimos datos de la Oficina Nacional de Estadística (ONS), que revelaron una sorprendente contracción del 0,1% del PIB del Reino Unido en septiembre, por debajo de las expectativas de un crecimiento nulo.
El FTSE 100, que cerró anoche en un nuevo máximo, cayó aproximadamente 33 puntos (0,34%) hasta alrededor de 9.877 al inicio de la sesión, lo que refleja la preocupación de los inversores por la desaceleración del crecimiento y sus implicaciones para la política monetaria y las ganancias corporativas.

La caída del FTSE 100 hoy es modesta pero significativa, ya que los mercados están teniendo en cuenta que un crecimiento más lento puede mermar las ganancias corporativas y reducir el apetito por el riesgo.
Según Derren Nathan, jefe de análisis de renta variable de Hargreaves Lansdown:
"El FTSE 100 abre a la baja, mostrando una debilidad mayor a la anticipada por los precios iniciales de los futuros. Los inversores optan por una visión negativa del PIB, un arma de doble filo."
En otras palabras, los mercados interpretan los datos tanto como una señal de debilidad económica como un catalizador para posibles ajustes de política.
Con el PIB en contracción y la inflación aún elevada en algunas partes de la economía, el Banco de Inglaterra (BoE) puede sentir más presión para recortar los tipos de interés en diciembre, ya que los mercados actualmente descuentan una probabilidad superior al 80% de un recorte de un cuarto de punto.
Normalmente, una bajada de tipos impulsaría las acciones, pero en el entorno actual, el hecho de que se esté anticipando una bajada debido a un crecimiento débil en lugar de a una recuperación puede frenar el entusiasmo, especialmente en el caso de los bancos y los sectores sensibles al sector financiero.
Las empresas automotrices y manufactureras se ven directamente afectadas, ya que la fuerte caída del 28,6% en la producción de vehículos automotores impactó significativamente el PIB general.
Si bien los sectores de servicios y construcción pueden estar protegidos, aún se enfrentan a desafíos derivados de la débil demanda y el aumento de los costos.
Los exportadores y las empresas internacionales podrían beneficiarse de una libra más débil si la desaceleración económica continúa, siempre que la demanda mundial se mantenga estable.

La estimación mensual de la ONS muestra que el PIB real cayó un 0,1% en septiembre de 2025, tras no haber crecimiento en agosto (cifra revisada a la baja desde +0,1%).
Esa caída es significativa porque los economistas habían pronosticado un crecimiento nulo o mínimo.
En términos más generales, durante el trimestre (julio-septiembre), el PIB creció apenas un 0,1%, por debajo del 0,3% registrado en el trimestre de abril a junio.
La producción cayó drásticamente un 2,0% en septiembre, debido principalmente a un descenso del 28,6% en la fabricación de vehículos de motor.
Una parte significativa de esta caída se debió a un importante ciberataque contra Jaguar Land Rover (JLR), que obligó a la empresa a detener la producción en sus plantas del Reino Unido durante varias semanas.
La producción de servicios creció, pero solo un 0,2%. La construcción también se expandió un 0,2%.
El PIB real per cápita no registró crecimiento alguno en el trimestre, lo que pone de manifiesto la débil productividad y la baja producción ajustada a la población.
Este período de debilidad llega en un momento frágil para la economía del Reino Unido: las presiones sobre los precios al consumidor, las elevadas tasas de interés y la incertidumbre fiscal (con el próximo presupuesto) agravan los riesgos.
El inesperado desplome aviva aún más la preocupación de que la economía esté perdiendo impulso.
El presupuesto de la ministra de Hacienda, Rachel Reeves, que se presentará a finales de este mes (26 de noviembre), será analizado minuciosamente para determinar en qué medida endurece o flexibiliza las políticas.
Ante un crecimiento moderado, los contribuyentes podrían mostrarse cautelosos ante aumentos de impuestos o recortes de gastos, pero es probable que los mercados reaccionen con sensibilidad ante cualquier señal de reactivación económica.
Los datos de septiembre son una estimación inicial, ya que podrían sufrir revisiones. Mientras tanto, conviene estar atentos a las actualizaciones sobre empleo, producción manufacturera e inversión empresarial, que podrían confirmar o desmentir la débil señal del PIB.
Esté atento al tono del gobernador del Banco de Inglaterra, Andrew Bailey, y otros responsables políticos. Si se inclinan por un discurso de "recortes anticipados", los mercados de renta fija podrían repuntar y las acciones bancarias podrían verse presionadas.
Dada la debilidad de la producción, sectores como el industrial, el automotriz y el manufacturero podrían tener un rendimiento inferior al esperado.
Por el contrario, los exportadores (que se benefician de una libra más débil) o los sectores defensivos podrían salir favorecidos. Conviene también vigilar la libra esterlina si cae tras la publicación del PIB.
La economía del Reino Unido se contrajo un 0,1% en septiembre de 2025, tras no registrar crecimiento en agosto.
Todavía no. Si bien el crecimiento es muy débil (0,1 % en el tercer trimestre), un solo trimestre de bajo crecimiento no constituye una recesión en toda regla. Sin embargo, el riesgo es elevado.
El FTSE 100 abrió a la baja, con un descenso de alrededor del 0,34% (-33 puntos) hasta los ~9.877, mientras los mercados asimilaban los datos más débiles del PIB.
Esto refuerza los argumentos a favor de un recorte de tipos en diciembre, ya que el crecimiento es más débil de lo esperado y la inflación se mantiene persistente en algunos sectores.
En conclusión, la caída del 0,1% en la economía del Reino Unido este septiembre es más que una simple estadística mensual; es una señal de que el impulso del crecimiento es frágil y que los mercados tal vez deban reajustar sus expectativas de ganancias.
política y sentimiento de los inversores.
El descenso inicial del FTSE 100 sirve como recordatorio de que, a pesar de los máximos históricos recientes, las acciones británicas siguen siendo vulnerables a acontecimientos macroeconómicos inesperados.
Como consejo, no se alarme, pero tome esto como una señal de alerta. Aproveche este momento para revisar sus inversiones, mantener la diversificación y ser selectivo. La pregunta ahora es: ¿cuándo volverá el crecimiento? Una estrategia bien pensada y un posicionamiento prudente le serán más útiles que intentar anticiparse a la recuperación demasiado pronto.
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