Publicado el: 2025-11-13
El cierre del gobierno federal más largo de la historia de Estados Unidos ha llegado a su fin. Hoy, el presidente Trump firmó un proyecto de ley de financiación bipartidista que reabrirá el gobierno tras 43 días de cierre, lo que supondrá un alivio para los trabajadores, los mercados y la economía en general.

El cierre comenzó el 1 de octubre de 2025, después de que el Congreso no aprobara los presupuestos para todo el año fiscal. Al no existir una resolución de continuidad presupuestaria, las operaciones federales permanecieron sin fondos.
Después de semanas de retraso, el Senado aprobó un acuerdo el 10 de noviembre con una votación de 60-40, y la Cámara lo hizo el 12 de noviembre con una votación de 222-209.
Poco después, el presidente Trump firmó el proyecto de ley de financiación, poniendo fin oficialmente al cierre del gobierno. Esta medida de financiación provisional cubre la mayor parte de las operaciones federales hasta el 30 de enero de 2026, e incluye algunas partidas presupuestarias para todo el año.
| Métrico | Detalle |
|---|---|
| Duración del apagado | 43 días (1 de octubre – 12 de noviembre de 2025) |
| Votación del Senado | 60-40 |
| Votación de la Cámara | 222-209 |
| Costo económico estimado | Entre 7 y 14 mil millones de dólares (CBO) |
| Vencimiento de los fondos | 30 de enero de 2026 |
Los principales conflictos fueron:
Un enfrentamiento por los subsidios sanitarios en el marco de la Ley de Asistencia Asequible (ACA), ya que los demócratas exigían prórrogas mientras que los republicanos se resistían.
Interrumpiendo las operaciones federales, retrasando la publicación de datos económicos clave como las cifras de inflación y empleo, y afectando también a servicios esenciales que van desde los viajes hasta la asistencia alimentaria.
Una vez restablecidos los fondos, miles de empleados federales recibirán el pago retroactivo, se reanudarán los servicios y volverá a fluir información económica crucial.
En nuestro artículo anterior señalamos que los informes de inflación y empleo de octubre podrían no llegar a publicarse nunca debido a la falta de datos.
Para los mercados, contar con una senda fiscal más clara reduce una importante incertidumbre.
El cierre del gobierno ralentizó o suspendió estadísticas económicas clave, incluido el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de octubre. Sin estos indicadores clave, la Reserva Federal ha estado operando en un contexto de gran incertidumbre.
Para los inversores, eso significa:
Las expectativas de recorte de tipos podrían cambiar ante una menor claridad sobre la inflación y el empleo, y la Reserva Federal podría adoptar un enfoque más lento.
Es posible que el dólar estadounidense y los rendimientos de los bonos del Tesoro se vuelvan más sensibles a medida que los mercados respondan a la renovada claridad fiscal tras la resolución del cierre del gobierno.
Es posible que los sectores vinculados al gasto público (viajes, contratistas federales, industrias dependientes del SNAP/ayuda alimentaria) experimenten manifestaciones de alivio.
Aunque el cierre del gobierno ha terminado, persisten desacuerdos fundamentales. Cuestiones clave como la disputa sobre los subsidios de la Ley de Cuidado de la Salud Asequible, las asignaciones presupuestarias para todo el año y debates más amplios sobre política fiscal siguen sin resolverse.
El reciente acuerdo solo ofrece un alivio temporal. Desde la perspectiva de un asesor de cartera, si bien la reapertura del gobierno es un avance positivo, no elimina los desafíos fiscales persistentes.

Con financiación solo hasta el 30 de enero, el próximo corte de fondos llegará pronto. Estén atentos a cómo el Congreso gestiona la próxima ronda de asignaciones.
La votación de diciembre sobre los subsidios de la ACA sigue en la agenda; su resultado podría desencadenar un renovado riesgo de mercado.
Tras su retraso, informes como el IPC y el de empleo volverán a ser relevantes, influyendo en las decisiones y políticas de inversión.
Los sectores de viajes y hostelería (con la acumulación de pedidos pendientes), los servicios de contratistas, la asistencia y distribución de alimentos y los presupuestos estatales pasarán de la fase de crisis a la de recuperación.
Con el retorno de la claridad fiscal, las expectativas sobre la inflación y las tasas de interés podrían reajustarse, influyendo en la asignación de activos.
Oficialmente 43 días, lo que la convierte en la más larga de la historia de Estados Unidos.
El proyecto de ley de gastos fue aprobado tanto por el Senado como por la Cámara de Representantes y promulgado por el presidente Donald Trump el 12 de noviembre de 2025.
La legislación financia a la mayor parte del gobierno hasta el 30 de enero de 2026. Algunos departamentos (Agricultura, Construcción Militar y Asuntos de Veteranos) recibieron financiación para todo el año en virtud de este acuerdo.
Las estimaciones de la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO) sitúan las posibles pérdidas económicas debidas al cierre entre 7.000 y 14.000 millones de dólares, dependiendo de su duración.
Existe incertidumbre, ya que las deficiencias en la recopilación de datos causadas por el cierre implican que podrían pasar varias semanas antes de que se disponga de informes completos.
En conclusión, la reapertura del gobierno estadounidense después de 43 días supone un alivio significativo para los trabajadores federales, los consumidores, los mercados y los responsables políticos por igual.
Sin embargo, si bien el regreso del personal y el restablecimiento del flujo de datos marcan el fin de una fase de riesgo, dan paso a un nuevo período de recalibración de las políticas.
Por lo tanto, considera este momento como una transición y no como un destino:
Sí, se ha eliminado el voladizo, pero el camino por recorrer aún requiere vigilancia.
Aproveche este tiempo para reevaluar sus exposiciones, asegurarse de que su estrategia de inversión se alinea con su horizonte temporal y mantener la flexibilidad en medio de un entorno fiscal en constante evolución.
Descargo de responsabilidad: Este material tiene fines meramente informativos y no pretende ser (ni debe considerarse como) asesoramiento financiero, de inversión o de otro tipo en el que deba depositarse confianza. Ninguna opinión expresada en este material constituye una recomendación por parte de EBC ni del autor de que ninguna inversión, valor, transacción o estrategia de inversión en particular sea adecuada para ninguna persona específica.