¿Cuál no es un ejemplo de estrategia de gestión de riesgos en el trading? Descubre los conceptos erróneos comunes que causan pérdidas en el trading.
La gestión de riesgos es la base del éxito en el trading. Ayuda a los operadores a proteger su capital, controlar sus emociones y mantener la coherencia en diferentes condiciones del mercado.
Sin embargo, no toda acción o comportamiento comercial que parezca conservador o cauteloso se considera una estrategia válida de gestión de riesgos. Algunas prácticas pueden incluso aumentar el riesgo en lugar de reducirlo.
Este artículo explora lo que realmente implica la gestión de riesgos en el trading, destaca técnicas ampliamente aceptadas y luego se centra en aclarar lo que no es un ejemplo de una estrategia de gestión de riesgos adecuada.
La gestión de riesgos implica procesos y estrategias destinados a minimizar las pérdidas potenciales y proteger el capital en los mercados financieros. Los operadores emplean diversas herramientas para determinar cuánto arriesgar en cada operación, dónde establecer límites de pérdidas y cómo gestionar el tamaño de las posiciones. El objetivo es mantener un rendimiento constante y evitar pérdidas catastróficas.
Sin embargo, la gestión de riesgos no busca eliminar las pérdidas por completo. Se trata, más bien, de controlar la magnitud y el impacto de estas pérdidas para que las operaciones rentables las compensen con el tiempo.
Antes de poder distinguir las estrategias no estratégicas, es crucial comprender qué constituye una gestión de riesgos adecuada. Estos principios constituyen la base de cualquier sistema fiable:
Preservación del capital
La regla principal en el trading es evitar perder todo el dinero. Una gestión eficaz del riesgo prioriza la preservación del capital, incluso si esto resulta en menores ganancias o la pérdida de oportunidades.
Relación riesgo-recompensa
Toda operación debe tener una relación riesgo-beneficio calculada, como arriesgar $100 para ganar $300. Una relación positiva garantiza la rentabilidad a largo plazo, incluso con una tasa de éxito baja.
Órdenes de stop-loss y take-profit
Estas órdenes cierran automáticamente una operación al alcanzar un precio determinado. Los stop loss limitan las pérdidas, mientras que los niveles de take profit aseguran las ganancias.
Dimensionamiento de la posición
Implica determinar el tamaño de operación adecuado según el saldo de su cuenta y su tolerancia al riesgo. Las operaciones más pequeñas ayudan a reducir el impacto de una sola pérdida.
Diversificación
Distribuir las inversiones en diferentes instrumentos o mercados ayuda a reducir la exposición total a un solo evento.
Estos métodos son universalmente aceptados como estrategias de gestión de riesgos porque minimizan de forma proactiva las pérdidas potenciales y permiten a los operadores recuperarse de los reveses.
1) Uso de órdenes de stop loss
Un stop loss es un nivel de precio al que se cierra una operación perdedora para evitar pérdidas adicionales. Es una de las herramientas de gestión de riesgos más básicas y eficaces.
2) Limitar el tamaño del comercio
Al restringir el capital asignado a cada operación (a menudo solo el 1% o el 2% del saldo de la cuenta), los operadores se aseguran de que una sola pérdida no descarrile toda su cartera.
3) Posiciones de cobertura
La cobertura implica abrir posiciones opuestas en mercados correlacionados (como comprar oro y vender dólares en corto) para minimizar el riesgo general.
4) Establecer límites de pérdidas diarias
Muchos traders establecen una cantidad máxima que están dispuestos a perder en un solo día. Si alcanzan este límite, dejan de operar para evitar tomar decisiones emocionales.
Estos ejemplos ilustran la planificación proactiva y la ejecución disciplinada, características centrales para una verdadera gestión de riesgos.
Ahora que hemos aclarado qué constituye una gestión de riesgos adecuada, veamos acciones que pueden parecer cautelosas o estratégicas, pero que, en realidad, aumentan el riesgo:
Promedio descendente: la ilusión del control
Promediar a la baja se refiere a añadir más capital a una posición perdedora con la esperanza de reducir el precio promedio de entrada. Por ejemplo, si compró una acción a $100 y su precio baja a $90, compra más para reducir su promedio a $95.
A primera vista, esto parece una estrategia para mejorar sus posibilidades de recuperación, pero en realidad, aumenta su exposición a una operación perdedora. He aquí por qué no supera la prueba de una gestión de riesgos sólida:
Aumenta el riesgo en lugar de limitarlo.
No existe un plan de salida claro si la operación va en su contra.
Vincula más capital en una posición que posiblemente nunca se recupere.
Conduce a la toma de decisiones emocionales y a la negación del error original.
Los operadores profesionales e instituciones rara vez promedian a la baja, a menos que operen con una estrategia de cobertura, basada en fundamentos y con una asignación de capital a largo plazo. Para la mayoría de los operadores minoristas, promediar a la baja es una trampa psicológica, no una estrategia.
Analicemos esto utilizando los principios de gestión de riesgos.
Viola el tamaño de la posición
Cuando suma a una operación perdedora, el tamaño de su posición aumenta más allá del riesgo calculado inicialmente, exponiendo más capital a una mala decisión.
Carece de parámetros de riesgo definidos
Las estrategias de gestión de riesgos se planifican con antelación. Ajustar el promedio a la baja suele ser una reacción a un error, no parte de un plan estructurado.
Fomenta el exceso de confianza
Muchos operadores promedian a la baja, creyendo que el mercado se recuperará. Este optimismo ignora las señales técnicas y fundamentales que sugieren un verdadero cambio de tendencia.
Aumenta el comercio emocional
En lugar de reducir las pérdidas, promediar a la baja puede agravar la situación y convertirla en una operación de venganza, donde las emociones superan la lógica. Por lo tanto, aunque pueda parecer sofisticado, promediar a la baja carece de las características de un enfoque sólido de gestión de riesgos.
Además de promediar a la baja, hay otras acciones que pueden parecer estratégicas pero que no califican como gestión de riesgos:
Mantener operaciones sin stop loss
Algunos operadores argumentan que no usan stop loss para evitar pérdidas prematuras. En realidad, esto los expone a pérdidas ilimitadas, lo cual es lo opuesto a gestionar el riesgo.
Sobrediversificación
Si bien la diversificación es un concepto válido, diversificar excesivamente en demasiadas operaciones puede diluir el enfoque y complicar la gestión. Podría acabar expuesto a activos correlacionados sin darse cuenta.
Confiar únicamente en sistemas con alta tasa de victorias
Un sistema con una alta tasa de éxito puede fallar si las pérdidas son cuantiosas. Es fundamental implementar una gestión de riesgos independientemente de la frecuencia con la que el sistema gane.
Uso de estrategias de martingala
La martingala implica redoblar la apuesta en operaciones perdedoras. Al igual que la promediación a la baja, esto aumenta el riesgo exponencialmente y suele dar lugar a llamadas de margen.
Trampas psicológicas que minan la gestión de riesgos
La gestión de riesgos no es solo una disciplina técnica, sino también psicológica. Muchos operadores abandonan sus reglas en un momento de tensión. Entre las trampas psicológicas más comunes se incluyen:
Exceso de confianza: creer que su visión del mercado es siempre correcta lleva a ignorar las estrategias de salida.
Miedo a perderse algo (FOMO): iniciar operaciones sin un plan sólo porque otros están ganando dinero.
Trading de venganza: intentar recuperar pérdidas tomando decisiones impulsivas.
La verdadera gestión de riesgos requiere disciplina emocional, no sólo conocimientos teóricos.
1. Defina su riesgo por operación
Decide qué porcentaje de tu cuenta estás dispuesto a arriesgar en una sola operación. La mayoría de los profesionales recomiendan entre el 1 % y el 2 %.
2. Establecer límites máximos de pérdidas diarias y semanales
Si alcanzas tu límite, aléjate de la pantalla. Esto evita el trading emocional y las grandes pérdidas.
3. Predefina los niveles de stop-loss y take-profit
Estos deben basarse en niveles técnicos o volatilidad, no en cifras aleatorias.
4. Revisar y ajustar periódicamente
A medida que su cuenta crece o sus estrategias evolucionan, su enfoque de gestión de riesgos también debe adaptarse. Un plan escrito al que se adhiera, incluso durante las caídas de capital, es una de las mejores defensas contra las malas decisiones.
Consideremos un trader hipotético que opera sin gestión de riesgos:
Entra en una operación en EUR/USD sin stop-loss.
El mercado se mueve 100 pips en su contra.
Promedia a la baja, sumando más exposición a un precio peor.
Los requisitos de margen aumentan y se le aplica una llamada de margen.
Sale con una pérdida masiva, borrando el 30% de su cuenta.
Comparemos esto con un operador que usa stop loss y limita su riesgo al 1% por operación. Incluso después de varias operaciones perdedoras, este operador aún tiene capital para continuar.
Este caso resalta cómo la ausencia de gestión de riesgos (o el uso de estrategias como promediar a la baja) puede destruir el capital comercial.
Qué deberían hacer los comerciantes en su lugar
En lugar de confiar en estrategias de riesgo falsas, los comerciantes deberían adoptar:
Estrategias probadas retrospectivamente con parámetros de stop loss integrados
Herramientas como ATR (Average True Range) para calcular el tamaño de la posición
Listas de verificación diarias que hacen cumplir las reglas
Registrar cada operación para revisar las decisiones de riesgo-recompensa
La educación y la disciplina son tus mejores aliados. La gestión de riesgos no se trata de evitar pérdidas, sino de sobrevivirlas y mantenerse en el juego.
En el trading, el éxito no se basa en acertar siempre. Se basa en gestionar el riesgo cuando te equivocas.
Promediar a la baja puede parecer un método para mejorar una posición, pero viola todos los principios del control de riesgos. Si se toma en serio el trading en 2025 y en adelante, elimine las estrategias que se disfrazan de gestión de riesgos y concéntrese en aquellas que realmente protejan su capital.
Aviso legal: Este material tiene fines meramente informativos y no pretende ser (ni debe considerarse) asesoramiento financiero, de inversión ni de ningún otro tipo en el que se deba confiar. Ninguna opinión expresada en este material constituye una recomendación por parte de EBC o del autor sobre la idoneidad de una inversión, valor, transacción o estrategia de inversión en particular para una persona específica.
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