Publicado el: 2025-10-27
Las acciones argentinas arrancaron la semana con un fuerte impulso alcista luego del triunfo de Javier Milei en las elecciones legislativas. La noticia fue recibida con entusiasmo en los mercados, que interpretan el resultado como una señal de estabilidad política y una oportunidad para que el Gobierno avance con su agenda económica.
Mientras los analistas afinan sus pronósticos, los inversores celebran lo que consideran el inicio de una nueva etapa para el país. Las pantallas de Wall Street se tiñeron de verde, y las acciones argentinas treparon hasta un 15 % en las operaciones nocturnas, reflejando la confianza de los capitales en el giro político.

El domingo 26 de octubre, Argentina vivió una elección clave. La coalición de Milei, La Libertad Avanza, logró un resultado superior al esperado, reforzando su posición en el Congreso.
Esa victoria fue interpretada por el mercado como un aval al rumbo económico del presidente: una agenda de austeridad, desregulación y apertura comercial.
En palabras simples, los inversores vieron en este resultado la posibilidad de que Milei cuente con más herramientas para aplicar su programa sin los bloqueos legislativos que frenaron parte de sus reformas. El alivio fue inmediato. Las acciones argentinas comenzaron a subir apenas se conocieron los primeros datos oficiales, y el optimismo se extendió a los bonos y al tipo de cambio.
Los papeles argentinos que cotizan en Wall Street subieron entre 13 % y 15 % apenas cerró la jornada electoral.
Bancos, energéticas y empresas exportadoras fueron las más beneficiadas. En tanto, el "dólar cripto" bajó rápidamente, una muestra clara de que el mercado cambiario también respiró aliviado.
Esta reacción no sorprendió a los analistas. Semanas atrás, muchos advertían que una victoria de Milei podía detonar un rally de activos locales. Y así ocurrió: los operadores de Nueva York y Buenos Aires coincidieron en que el nuevo escenario político mejora las expectativas de corto y mediano plazo para las acciones argentinas.
Las razones detrás de este salto tienen más que ver con la confianza que con los números duros. Después de meses de incertidumbre política, los inversores valoran tres cosas:
Menor riesgo político: el Gobierno gana margen para impulsar sus reformas, y eso reduce la posibilidad de conflictos que afecten la economía.
Reformas de mercado: se espera un avance en la privatización de empresas estatales, la flexibilización de regulaciones y una mejora en el clima de negocios.
Mayor apoyo internacional: la reactivación de acuerdos financieros, como líneas de crédito y swaps de divisas, da aire al Banco Central y mejora la percepción de solvencia del país.
En resumen, el voto de confianza a Milei se tradujo en un voto de confianza a las acciones argentinas. Los inversores sienten que el escenario político, aunque aún desafiante, luce más previsible que hace solo unas semanas.

Dentro del universo de acciones argentinas, los bancos fueron los primeros en despegar. El Grupo Supervielle, Galicia y BBVA Argentina mostraron alzas de dos dígitos, reflejando el optimismo sobre una posible normalización del sistema financiero.
El sector energético también vivió su propio impulso. Empresas como YPF y Pampa Energía subieron con fuerza, impulsadas por la expectativa de mayor inversión privada y apertura en los precios regulados.
En paralelo, las compañías vinculadas al comercio exterior —como Aluar y Tenaris— también se movieron al alza, favorecidas por la posibilidad de una política cambiaria más estable.
El mensaje general es claro: los mercados ven a las acciones argentinas como una apuesta con potencial, ahora que el contexto político parece dar un respiro.
Aunque el ambiente en los mercados es de euforia, los especialistas insisten en que el camino no está libre de obstáculos.
La economía argentina sigue enfrentando una inflación de tres dígitos, reservas ajustadas y un nivel de pobreza preocupante.
"Los inversores están comprando expectativas, no realidades", señalan desde una consultora local. Si las reformas se dilatan o enfrentan resistencia social, el impulso de las acciones argentinas podría frenarse.
También queda por ver cómo el nuevo Congreso acompaña las medidas más polémicas, como la eliminación de subsidios o la reforma laboral. Cada avance —o retroceso— en esos frentes podría reflejarse rápidamente en los precios de las acciones.
Aun así, el mercado prefiere ver el vaso medio lleno. "Argentina lleva mucho tiempo sin un horizonte político claro. Hoy, aunque no todo esté resuelto, hay una dirección definida", apuntó un operador de la Bolsa porteña.
El lunes posterior a la elección será más que un simple día de operaciones: una muestra de cómo la política puede mover montañas en el mundo financiero.
Las acciones argentinas se convirtieron en el termómetro del ánimo económico. Cada voto, cada declaración y cada reforma en marcha influye en su comportamiento.
Por ahora, la historia es de optimismo. El mercado celebró, los precios subieron y la atención internacional volvió a centrarse en Buenos Aires. Pero todos saben que la verdadera prueba llegará cuando las promesas se transformen en políticas concretas.
Las acciones argentinas vivieron un inicio de semana histórico. El triunfo de Javier Milei no solo cambió el mapa político del país, también reanimó la confianza de los mercados.
Las subas de hasta 15 % en Wall Street reflejan un voto de esperanza hacia un futuro más estable y previsible.
Sin embargo, detrás del entusiasmo queda un mensaje de prudencia: los inversores aplauden las promesas, pero esperan resultados. Si el nuevo gobierno logra avanzar en su agenda sin sobresaltos, las acciones argentinas podrían consolidar una recuperación más sólida. De lo contrario, la volatilidad seguirá marcando el ritmo de la economía argentina.
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