El yen se debilita antes de las elecciones de Japón ya que los riesgos políticos, las tensiones comerciales y las preocupaciones fiscales impulsan al USD/JPY cerca del nivel 148.
El yen japonés continúa debilitándose considerablemente debido a la incertidumbre política, el estancamiento de las negociaciones comerciales con Estados Unidos y la creciente preocupación fiscal que afecta la confianza de los inversores. Con las elecciones a la Cámara de Consejeros programadas para el 20 de julio, los participantes del mercado se están preparando cada vez más para una mayor depreciación del yen, y se espera que la volatilidad aumente en las próximas semanas.
Al 14 de julio, el par USD/JPY cotizaba a 147,57, acercándose al nivel psicológicamente significativo de 148. Este movimiento se produce en medio de crecientes expectativas de que el yen japonés podría debilitarse aún más si los riesgos políticos se intensifican y los fundamentos macroeconómicos siguen bajo presión.
Según datos del libro central de órdenes limitadas de CME Group, los contratos de opciones alcistas sobre el USD/JPY superan ahora a los bajistas en una proporción de más de dos a uno, lo que pone de relieve la fuerte tendencia del mercado hacia una continua debilidad del yen. Los operadores de opciones se están posicionando para un movimiento hacia la media móvil de 200 días de 149,71, un nivel de resistencia técnica clave identificado por Graham Smallshaw, operador sénior de divisas al contado de Nomura Securities.
El contexto de la caída del yen es multifacético. El progreso en las negociaciones comerciales entre Estados Unidos y Japón sigue siendo limitado, lo que tensiona las relaciones económicas bilaterales. Además, el presidente estadounidense, Donald Trump, anunció recientemente que los aranceles generales sobre los productos japoneses subirían al 25 % a partir del 1 de agosto, lo que ha generado nueva incertidumbre sobre las perspectivas de exportación de Japón.
En Japón, se enfrenta a una importante tensión política antes de las elecciones a la cámara alta. Las últimas encuestas sugieren que la coalición gobernante del primer ministro Shigeru Ishiba podría perder la mayoría en la Cámara de Consejeros. De ocurrir esto, Ishiba podría verse obligado a formar coaliciones con partidos más pequeños y con mayor flexibilidad fiscal, lo que podría impulsar medidas de estímulo y flexibilización monetaria más agresivas.
La perspectiva de un estímulo fiscal adicional, si bien podría ser beneficiosa para el crecimiento interno a corto plazo, genera inquietud entre los inversores sobre la sostenibilidad de la deuda a largo plazo. Según los estrategas de HSBC, la trayectoria reciente del yen muestra una correlación positiva con el rendimiento de los bonos del gobierno japonés a 30 años y una curva de rendimientos cada vez más pronunciada. Estas fluctuaciones sugieren que los participantes del mercado prevén una política fiscal más flexible, a menudo negativa para la estabilidad monetaria.
Akira Hoshino, director de Mercados Japoneses de Citigroup, añadió que los fondos institucionales han estado incrementando sus posiciones largas en USD/JPY en previsión del resultado electoral. Los operadores creen ahora que, independientemente del resultado, es probable que el yen tenga un rendimiento inferior al de la mayoría de las divisas principales, especialmente si el Banco de Japón (BoJ) se ve obligado a retrasar o abandonar sus planes de normalización de tipos.
La incertidumbre sobre las perspectivas electorales y el deterioro de los fundamentos económicos parecen haber afectado negativamente a los planes a corto plazo del Banco de Japón de subir los tipos de interés. Naomi Muguruma, estratega jefe de bonos de Mitsubishi UFJ Morgan Stanley Securities, advirtió que Japón debería prepararse para una prolongada inestabilidad política y volatilidad del mercado, lo que disuade aún más al banco central de endurecer su política monetaria.
Dado que los inversores globales ya se muestran cautelosos debido a una desaceleración más amplia en Asia y a la fricción geopolítica en la región del Pacífico, el yen es ahora visto ampliamente como una moneda estructuralmente débil en el corto y mediano plazo.
La reciente caída del yen japonés es más que una reacción coyuntural a las noticias políticas; refleja una reevaluación más amplia de la trayectoria fiscal, la dirección de la política monetaria y el posicionamiento internacional de Japón. A medida que el país se acerca a las cruciales elecciones del 20 de julio, los inversores deberían prepararse para una elevada volatilidad en los pares del yen, especialmente si los resultados electorales provocan inestabilidad en la coalición o una incertidumbre política prolongada.
Con el USD/JPY amenazando con superar el nivel de 148 y los indicadores técnicos apuntando a una posible prueba de 149,71, la depreciación del yen sigue siendo el escenario base para la mayoría de los operadores institucionales. Por ahora, todas las miradas están puestas en Tokio, no solo por las elecciones, sino también por el próximo gran movimiento en los mercados de divisas.
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