Publicado el: 2025-10-13
El tipo de cambio USDMXN ha mostrado una estabilidad poco común en los últimos días, resistiendo los vaivenes internacionales que normalmente mueven con fuerza al peso mexicano. En un entorno donde los mercados globales oscilan entre la cautela y el optimismo, el dólar se mantiene en torno a los 18.45 pesos, reflejando un equilibrio temporal entre la oferta y la demanda.
A diferencia de semanas anteriores, donde el par se movía con más volatilidad, los operadores han encontrado cierto punto de calma. La falta de catalizadores inmediatos —ni sorpresas macroeconómicas ni anuncios relevantes de política monetaria— ha dejado al USDMXN operando en rangos estrechos, consolidando una fase de respiro que el mercado agradece.
El peso mexicano ha demostrado una resistencia notable pese a los desafíos externos. De acuerdo con datos de Investing.com, el USDMXN cerró la última jornada en torno a 18.4748, tras una ligera caída de –0.65%. Esto confirma que el peso conserva buena parte del impulso que acumuló durante el año, apoyado por flujos de inversión extranjera y un diferencial de tasas todavía atractivo frente al dólar.
Si bien el dólar estadounidense sigue siendo la moneda de refugio por excelencia, en este momento no muestra la fuerza que lo caracterizó durante la primera mitad del año. Con la Reserva Federal enviando señales más prudentes sobre futuros ajustes en las tasas de interés, el atractivo del billete verde se ha moderado. Esa dinámica ha permitido que el USDMXN se mantenga en equilibrio, con movimientos que apenas rompen la franja de los 18.30 a 18.60 pesos por dólar.
Uno de los factores que ha sostenido la calma cambiaria es la postura prudente del Banco de México (Banxico). Aunque la inflación local sigue por encima del objetivo, el banco central ha optado por actuar con cautela, evitando movimientos bruscos en su política monetaria.
El mercado interpreta esta estrategia como una señal de confianza. Banxico parece decidido a mantener un equilibrio: no endurecer demasiado su política para no frenar la economía, pero tampoco relajarla antes de tiempo para no comprometer la estabilidad del peso. Este enfoque ha contribuido directamente a la estabilidad del USDMXN, pues reduce la especulación y brinda previsibilidad a los inversionistas.
A nivel global, la ausencia de noticias que alteren el sentimiento de los mercados también ha jugado a favor del peso. Las tensiones geopolíticas que antes sacudían los mercados —como los conflictos en Oriente Medio o la incertidumbre sobre China— se han moderado en intensidad, al menos temporalmente.
Al mismo tiempo, los datos económicos de Estados Unidos han sido mixtos: ni demasiado fuertes como para disparar las expectativas de nuevas subidas de tasas, ni tan débiles como para generar temor de recesión. En ese contexto, el USDMXN encuentra terreno estable, moviéndose en un rango cómodo que refleja el equilibrio entre ambas economías.
En las últimas jornadas, el USDMXN ha operado con márgenes estrechos. Según datos de mercado:
Rango intradía: entre 18.44 y 18.59 pesos por dólar.
Promedio semanal: 18.48 pesos.
Variación mensual: menor al 1 %, lo que refuerza la idea de un mercado en pausa.
Los analistas técnicos señalan que mientras el par se mantenga por debajo de 18.60, el sesgo continuará siendo de estabilidad. Solo una ruptura sostenida por encima de ese nivel podría marcar un cambio de tendencia. Por ahora, el sentimiento general es de calma: el USDMXN parece cómodo en su zona actual.
El apetito por el riesgo global continúa presente, pero con moderación. Muchos inversionistas han optado por esperar nuevas señales antes de tomar grandes posiciones. Los próximos reportes de inflación en Estados Unidos y los comentarios de miembros de la Fed serán determinantes para el rumbo del dólar.
En México, los ojos están puestos en el próximo anuncio de Banxico y en la evolución de la inflación local, que sigue siendo un tema sensible. De momento, el consenso del mercado es claro: el peso podría seguir estable siempre que no haya sorpresas económicas de gran magnitud.
Aunque el panorama parece tranquilo, hay elementos que podrían romper la calma cambiaria:
Datos macroeconómicos en EE. UU.: si la inflación o el empleo sorprenden al alza, el dólar podría fortalecerse rápidamente.
Cambios en la política de Banxico: una reducción inesperada de tasas podría generar presión sobre el peso.
Eventos geopolíticos: cualquier crisis internacional podría disparar la demanda de dólares como activo refugio.
Movimientos en los mercados energéticos: los precios del petróleo también influyen, ya que México sigue siendo un exportador relevante.
Por ahora, ninguno de estos factores ha mostrado señales de alterar la tendencia actual. Pero el USDMXN es un par sensible, y bastan unos pocos titulares para que vuelva la volatilidad.
A corto plazo, la expectativa es que el USDMXN se mantenga en su franja de estabilidad. El rango estimado entre 18.40 y 18.60 pesos por dólar parece sólido, respaldado por un contexto económico sin sobresaltos.
Si bien los movimientos intradía pueden generar pequeñas oscilaciones, el panorama general sigue siendo de calma. En otras palabras, el mercado está en modo de espera: ni el dólar tiene fuerza suficiente para escalar, ni el peso presenta motivos para una apreciación significativa.
El comportamiento del USDMXN refleja un equilibrio delicado entre factores locales y externos. México ha logrado mantener la confianza de los inversionistas, y el dólar no encuentra argumentos de peso para imponerse con fuerza.
Sin embargo, esta estabilidad no es garantía de permanencia. En los mercados financieros, la calma suele ser temporal. A medida que se acerquen nuevos datos macroeconómicos y decisiones de política monetaria, el tipo de cambio podría volver a moverse con mayor intensidad.
Por ahora, el peso mexicano disfruta de un respiro: el USDMXN se mantiene estable, en un raro momento de quietud dentro de un mercado que casi nunca descansa.
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