Publicado el: 2025-05-29
Actualizado el: 2025-10-28
Grecia es un país con una rica historia económica, y el recorrido de su moneda refleja siglos de cambios y adaptaciones.
Si te preguntas qué moneda usa Grecia hoy y por qué realizó el cambio, este artículo explora el contexto histórico, la transición del dracma al euro y el impacto de este cambio en la economía griega.

La moneda oficial de Grecia es el euro (EUR, €), adoptado el 1 de enero de 2002 al ingresar en la Eurozona. El euro reemplazó al dracma, alineando a Grecia con el marco monetario de la Unión Europea (UE).
El uso del euro permite a Grecia beneficiarse de la estabilidad de precios, menores costos transaccionales y un mayor acceso a los mercados de capitales europeos. También refuerza la confianza de los inversores al anclar a Grecia a la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE).
Este es un factor clave que respalda las calificaciones crediticias y la credibilidad fiscal a largo plazo.

Antes del euro, la moneda de Grecia era el dracma, un nombre con profundíces raíces tanto en la historia griega antigua como moderna. El dracma fue una de las monedas más antiguas del mundo, utilizada en las ciudades-estado griegas desde el siglo VI a.C.
Después de que Grecia obtuvo su independencia del Imperio Otomano, el dracma moderno fue reintroducido en 1832. reemplazando al efebo (phoenix), una moneda de corta duración.
El dracma siguió siendo la moneda oficial de Grecia hasta 2002. con varios rediseños y revaluaciones a lo largo de los años.
La tasa de cambio final se fijó en 340.75 dracmas por un euro durante la transición en 2001. y el euro comenzó oficialmente a circular en 2002.
La transición al euro fue un hito significativo en la historia económica de Grecia. En 2001 se fijó la tasa de cambio, y para enero de 2002. los billetes y monedas de euro reemplazaron al dracma en el uso cotidiano.
El proceso se gestionó cuidadosamente para garantizar una transición fluida para empresas y público.

La razón principal del cambio de moneda en Grecia fue su ingreso en la Unión Europea y, de manera más específica, en la Eurozona.
Al adoptar el euro, Grecia se unió a un área monetaria única que busca promover la integración económica, el comercio y la estabilidad entre los estados miembros.
Cambiar al euro trajo varios beneficios potenciales:
Moneda más fuerte: El euro era mucho más fuerte y estable que el dracma, que había sufrido de inflación y devaluación.
Menores costos transaccionales: El uso del euro eliminó la necesidad de cambiar moneda con los principales socios europeos, facilitando el comercio y los viajes.
Acceso a ayuda e inversión: Como miembro de la Eurozona, Grecia obtuvo acceso a apoyo financiero e inversión de otros países de la UE, especialmente en épocas de crisis.
Adoptar el euro también fue un paso hacia la modernización de la economía griega y una mayor integración en los mercados globales.
Hizo que Grecia resultara más atractiva para negocios internacionales y turismo, ya que los visitantes podían usar la misma moneda en gran parte de Europa.
Para los inversores, el paso de Grecia al euro reconfiguró su panorama económico, reforzando la confianza del mercado pero limitando también la flexibilidad política. La siguiente tabla destaca los principales efectos en el comercio, la estabilidad y el control fiscal.
| Efectos Positivos | Retos |
|---|---|
| El euro hizo que Grecia fuera más accesible para turistas europeos y impulsó el comercio. | Grecia perdió el control sobre sus propias Tasas de interés y la devaluación de la moneda. |
| El apoyo de la UE y el FMI durante la crisis de deuda ayudó a estabilizar la economía. | Las estrictas reglas fiscales de la Eurozona llevaron a años de austeridad. |
| La estabilidad del euro redujo los riesgos cambiarios para inversores y empresas. | La crisis de deuda desencadenó temores de "Grexit" (salida de Grecia de la Eurozona), generando incertidumbre en los mercados. |

Grecia se encuentra en una fase de recuperación estable: el PIB real crecerá aproximadamente entre un 2.0% y un 2.3% en 2025. respaldado por el turismo, el aumento del consumo interno y los fondos de recuperación de la UE; la inflación general está disminuyendo, pero la inflación de servicios sigue siendo persistente.
El gobierno ha vuelto a registrar superávit primarios, y los rendimientos soberanos han caído al rango de poco más del 3% para los bonos a 10 años.
La mayoría de los pronósticos oficiales indican un crecimiento continuo y modesto, alrededor del 2.0% al 2.4% en 2025-2026. ya que el turismo y la construcción lideran la expansión, y los desembolsos del Fondo de Recuperación y Resiliencia (FRR) de la UE impulsan la inversión.
Es probable que el crecimiento se ralentice posteriormente (debido a problemas estructurales: envejecimiento de la población, desaceleración de la productividad) a menos que se aceleren las reformas y la inversión.
Conclusión para inversores: Se espera un crecimiento del PIB estable pero no espectacular, lo que es favorable para exposiciones cíclicas selectivas (turismo, construcción, servicios domésticos), pero menos para apuestas sobreapalancadas en crecimiento a largo plazo.
Choque de demanda externa: Un crecimiento más lento en la UE o nuevas barreras comerciales podrían afectar las exportaciones y el turismo.
Desviación política: Un menor impulso en las reformas o una baja absorción del FRR ralentizaría la inversión.
Inflación y tasas: La inflación persistente en servicios podría mantener las tasas sensibles al BCE en niveles más altos durante más tiempo, presionando el consumo y los mercados de bonos.
Choques geopolíticos: La inestabilidad regional afectaría proporcionalmente al turismo y al sentimiento del mercado.
Sí. El crecimiento es estable, la deuda está mejorando y las reformas continúan, aunque persisten riesgos externos.
Los sectores prometedores en Grecia son el turismo, la energía renovable, el transporte marítimo y la infraestructura.
Grecia crece más rápido que muchas economías meridionales de la UE, con una confianza de los inversores en mejora.
La economía griega a finales de 2025 se está estabilizando: un crecimiento modesto superior al 2%, las finanzas públicas en mejora y un menor riesgo soberano han reabierto oportunidades de inversión en bonos, bancos, turismo e infraestructura.
La evolución es pragmática, no un auge, y recompensa inversiones selectivas y conscientes de las reformas, al tiempo que se mantiene atento a los riesgos de demanda externa e inflación.
Descargo de Responsabilidad: este material tiene fines informativos generales únicamente y no pretende ser (ni debe considerarse como) asesoramiento financiero, de inversión u otro tipo en el que se pueda confiar. Ninguna opinión expresada en el material constituye una recomendación por parte de EBC o el autor sobre que una inversión, valor, transacción o estrategia de inversión en particular es adecuada para una persona específica.