Publicado el: 2025-12-11
El cierre de mercado de este miércoles dejó un sabor agridulce para los inversores de la tecnológica. Las acciones de Oracle sufrieron un revés importante en las operaciones fuera de hora (after-hours), justo después de que la compañía destapara sus cartas correspondientes al segundo trimestre fiscal de 2026. Aunque la empresa demostró ser eficiente a la hora de generar beneficios, se quedó corta en lo que más miran hoy los analistas: el total de facturación.
Esta caída no es solo un dato aislado; refleja la enorme tensión que vive el sector. Wall Street ha puesto el listón muy alto y exige que las acciones de Oracle justifiquen cada dólar invertido en Inteligencia Artificial con un crecimiento de ventas inmediato. Y cuando eso no ocurre a la velocidad de la luz, el mercado no perdona.
Durante la jornada regular, el ambiente era optimista. Se respiraba confianza en que Oracle se está consolidando como el gran "fontanero" de la infraestructura para la IA. Pero ese optimismo se enfrió en cuanto sonó la campana.
El reporte del 10 de diciembre trajo buenas noticias por un lado: las ganancias por acción (EPS) fueron de $2.26, batiendo con holgura los $1.63 que esperaban los expertos. Esto demuestra que la gestión interna es sólida. Sin embargo, el problema vino por el lado de las ventas. Los ingresos totales se quedaron en $16.06 mil millones, un poco por debajo de lo previsto.
Para quienes siguen el día a día de las acciones de Oracle, este pequeño fallo en los ingresos (apenas un 0.55% menos de lo estimado) fue suficiente para encender las alarmas. En un mercado que descuenta la perfección, crecer un 14% año tras año parece no bastar si no superas todas las predicciones.
El gran argumento para comprar acciones de Oracle hoy en día es su división de nube (OCI). La narrativa es que le están "robando la merienda" a gigantes como Amazon y Microsoft.
Y los números no mienten: los servicios en la nube crecieron un 34% y la infraestructura pura (IaaS) se disparó un 68%. Son cifras espectaculares para una empresa de este tamaño. Entonces, ¿por qué caen las acciones? Porque en los pasillos de Wall Street se rumoreaba un crecimiento aún mayor debido a las alianzas con pesos pesados como NVIDIA y OpenAI.
Al final, el precio de las acciones de Oracle se ajustó porque el mercado había comprado la idea de un crecimiento infinito e inmediato. La realidad ha demostrado ser robusta, pero no mágica.
Hay otro tema que tiene nerviosos a algunos inversores: el ritmo de gasto. Para mantener el tren de la IA en marcha, Oracle está invirtiendo una fortuna. En este último trimestre, el gasto de capital (CapEx) tocó los $12 mil millones. Estamos hablando de miles de millones destinados a levantar centros de datos y comprar chips a toda velocidad.
Esto ha dejado el flujo de caja en negativo temporalmente. Aunque la directiva asegura que es necesario sembrar hoy para recoger mañana, ver tanto dinero saliendo de la caja asusta a los inversores más conservadores y presiona a la baja las acciones de Oracle en el corto plazo.
No todo son malas noticias. Si miras más allá de la caída inmediata, hay un dato que brilla con luz propia y que es el salvavidas para los alcistas: las Obligaciones de Desempeño Restantes (RPO).
Básicamente, el RPO es dinero ya contratado que entrará en el futuro. Esta cifra se disparó a $523 mil millones, una subida brutal del 438%. ¿Qué significa esto para las acciones de Oracle? Que la demanda es real y masiva. Los clientes están firmando contratos gigantescos a largo plazo, aunque ese dinero tarde un poco en reflejarse en la cuenta bancaria de hoy.
La reacción ha dividido a la comunidad financiera, lo que explica los bandazos en el precio de las acciones de Oracle:
Los Prudentes: Creen que la acción había subido demasiado rápido este año (más de un 30%) y que era necesaria una corrección ("bajar los humos") ante unos ingresos que no deslumbraron.
Los Creyentes: Se aferran a ese RPO monstruoso y a la rentabilidad por acción. Para ellos, las acciones de Oracle siguen siendo la mejor apuesta alternativa en la carrera de la IA, especialmente ahora que están ganando terreno en el sector empresarial.
Lo normal es que veamos unos días de "tira y afloja" mientras el mercado decide qué pesa más: si el gasto actual o los contratos futuros.
De aquí en adelante, el rumbo de las acciones de Oracle dependerá de qué tan rápido puedan convertir esa montaña de contratos pendientes en facturación real. La empresa ha actualizado sus previsiones y promete más ingresos para 2027, un mensaje claramente dirigido a calmar a quienes invierten a largo plazo.
Sin embargo, para recuperar los máximos históricos pronto, Oracle tendrá que demostrar en el próximo trimestre que toda esa inversión en infraestructura se traduce en ventas tangibles más rápido de lo que calculan los escépticos.
La caída de las acciones de Oracle fuera de horario nos recuerda una lección valiosa: en la era de la IA, no basta con ser bueno, hay que ser perfecto.
Para el especulador de corto plazo, la acción está ahora en terreno resbaladizo. Pero para quien mira a años vista, la pregunta clave es si esos $523 mil millones en pedidos futuros actuarán como un suelo firme que impulse de nuevo a las acciones de Oracle hacia arriba. La partida entre el gasto masivo de hoy y las ganancias de mañana apenas está comenzando.
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